jueves, 26 de enero de 2012

  •     TEMOR A QUE SE DILUYA LA LEY
"En el último año, unos 840.000 menores, han estado expuestos a situaciones de violencia de género. El 60% de ellos no solo como testigos, sino que también han sufrido violencia directa. Y es que los maltratadores utilizan muchas veces a los niños para hacer daño a sus madres. Atacan siempre donde más duele, y agredir o asustar a los hijos es una forma", dice Consuelo Abril, abogada y miembro de la Comisión de Investigación de los Malos Tratos. Es lo que se llama violencia extendida, y se emplea también hacia otros seres queridos, como un mecanismo correctivo.

Aunque podría parecer lo contrario, las mujeres con hijos tardan el doble en salir de la espiral del maltrato. Así lo muestra la última macroencuesta de la Secretaría de Estado de Igualdad. "El miedo y la carga de la responsabilidad pesan mucho, y no es lo mismo salir de una casa sola que con personas a su cargo", explica Abril. Pero estas situaciones terminan pasando una carísima factura a estos niños. Y las secuelas son importantes. Se corre el riesgo, advierten los expertos, de que al hacerse adultos repitan aquello que han visto y han vivido en casa.

Una de las intenciones del nuevo Gobierno es integrar a los menores en la ley de violencia de género. El Ejecutivo del Partido Popular también se ha mostrado partidario de modificar la normativa para incluir a las personas dependientes que, afirman, también son víctimas de estas situaciones y contribuyen a que la mujer no abandone al maltratador. Una iniciativa que no termina de gustar a las asociaciones de mujeres, que creen que estos cambios contribuyen a diluir el significado de la ley y a victimizar aún más a la mujer. "Extender la ley hacia los menores y los dependientes vacía la ley de contenido de género", dice Abril. También lo haría, alertan, el cambio de terminología. De ahí la alarma generada por las palabras de la nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, que inicialmente definió dos asesinatos machistas como "violencia en el entorno familiar", aunque anteayer rectificó el discurso y se refirió a la "violencia de género".

"No podemos prescindir del concepto y significado de género. Violencia de género es un término acuñado internacionalmente y España no puede dar un paso atrás en esto", alerta Abril. Pero no es lo único que las organizaciones piden al nuevo Gobierno. "Las instituciones deben contar más con los hombres para construir las políticas de igualdad. Esa es la gran tarea pendiente. Sin el compromiso de esa mitad de la sociedad no se va a lograr el avance que necesitamos. Hay que involucrar también a los hombres", dice José Ángel Lozoya, de la asociación Hombres por la Igualdad
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